Los retos del constante cambio en el mundo y la sociedad obligan a vivir una transformación también en la educación. Las nuevas tecnologías, la interacción digital y el Internet han irrumpido de manera revolucionaria la forma de comunicarse, de aprender y de enseñar. La interacción global ha impulsado esta transformación, y esto lleva consigo desafíos sociales y educativos. En México, es necesario cambiar los modelos educativos para educar a las nuevas generaciones.
La sociedad actual se encuentra recibiendo a la sociedad futura con una visión de individuos creativos, emprendedores, críticos, competentes en las tecnologías de la información (TIC), adaptables a distintos ambientes sociales y laborales, multi dinámicos, capaces de trabajar con cualquier persona, en cualquier lugar y en cualquier momento. Ese es el camino al que la educación se debe adaptar.
Es con base a esta transición social es que se debe diseñar y ejecutar un modelo educativo que permita un desarrollo sustentable de la persona a través del cuidado y respeto por su entorno. Por esto, la ONU, a través de sus Objetivos de Desarrollo Sustentable tiene como cuarto objetivo la Educación de calidad, de la cual nos indica: “La educación es la base para mejorar nuestra vida y el desarrollo sostenible. Además de mejorar la calidad de vida de las personas, el acceso a la educación inclusiva y equitativa puede ayudar abastecer a la población local con las herramientas necesarias para desarrollar soluciones innovadoras a los problemas más grandes del mundo” (sitio web, ONU).
Ante esta necesidad y transformación social-tecnológica, lo que distintos especialistas presentan es la necesidad en una innovación en el modelo educativo basado en la integración de disciplinas y el aprendizaje (con la creatividad y el razonamiento) ante la enseñanza, a través del aprovechamiento de las TIC; ya que “tenemos que educar a los futuros ciudadanos del mundo”, como lo asegura Silvia Pradas, maestra y directora del Máster en Neuropsicología y Educación de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Es basado en lo anterior que se enumeran cinco de los grandes desafíos de la educación en el siglo XXI: (1) Acceso igualitario a una formación técnica, profesional y superior de calidad, incluida la enseñanza universitaria (ONU); (2) Pasar de centros de enseñanza a centros de aprendizaje con el alumno como eje vertebral; (3) Contenidos a través de competencias pedagógicas con uso de las TIC; (4) Nuevas técnicas de evaluación; (5) Fomentar la creatividad a través de espacios y condiciones que la generen.
En medio de este periodo de transición educativa México se encuentra con atraso debido a la falta de reformas educativas que busquen una política educativa. El sistema educativo mexicano se ha situado en los últimos lugares de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE); y las escuelas se enfrentan a nuevos desafíos que incluyen la mejora y la calidad en el aprendizaje de los alumnos, el acceso los servicios educativos, y el aprovechamiento de la tecnología; siendo las familias junto con los mentores escolares los pilares más importantes del desarrollo integral de los alumnos.
En este sentido, desde la Presidencia de la República se estableció una Reforma Educativa que proponía una formación integral, la cual sostenía que los objetivos fundamentales son tres: en primer lugar, “profesionalización de la función docente, mejorar instalaciones, utilización de las tecnologías de la información y la comunicación, así como la realización de evaluaciones periódicas.”; en segundo “la equidad e inclusión en la educación, disminuyendo las desigualdades en el acceso a los servicios educativos”; y por último “involucrar a los padres de familia y a la sociedad mexicana en su conjunto”. Sin embargo, la realidad educativa dista de las metas propuestas: en primer lugar, en su ejecución general donde propone cambios estructurales (principalmente administrativos), pero se debilita en su propuesta de contenido para el docente y el alumno; y en un segundo plano la situación que vive frente a la reestructuración política y gubernamental de nuestro país de la cual esta Reforma Educativa se enfrenta a una cancelación o un proceso de reestructuración.
Con base en la visión educativa anterior, entre los desafíos educativos en México —comenzando por una redefinición de su política educativa— existen estos como principales: (1) La contratación de un mejor cuerpo docente en todos los niveles educativos; (2) La implementación de nuevos programas educativos que incentiven la lectura y los programas técnicos; (3) El aprovechamiento de las TIC; (4) Un alcance en equidad y calidad de los servicios gratuitos para reducir la ausencia educativa.
Frente a los desafíos actuales y la propuesta educativa, las instituciones se convierten en centros especializados de difusión de conocimiento con el alumno como eje principal. Sin embargo, la demanda es mucha por lo cual existen entidades que surgen ante la necesidad académica de cubrir los espacios que resultan de las novedades en educación. Un ejemplo es DiME, instituto que se enfocada en el desarrollo de las habilidades y competencias del estudiante; donde una parte se logra a través de personal docente capacitado y especializado en el área de conocimiento, y por la otra a través de alianzas con instituciones nacionales e internacionales, mediante un programa personalizado al estudiante.
DiME es una institución que oferta una opción de conocimiento ante los nuevos desafíos internacionales. En colaboración con profesionales de alto nivel en áreas económicas, de humanidades, dirección empresarial, arquitectura, ingeniería, así como de universidades con prestigio nacional e internacional; ha creado un plan de estudios cuya base es el razonamiento y la aplicación práctica de contenidos. El enfoque es en el desarrollo integral del estudiante, tanto en lo académico como lo deportivo y cultural.
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